21 de febr. 2011

Amazon empezará a vender libros electrónicos en España este mismo año



(LA INFORMACION, 18.02.2011)

Amazon abrirá su librería virtual este mismo año en España. La agencia literaria Carmen Balcells, que representa a las principales firmas en lengua castellana, ha avisado a todos sus autores sobre del desembarco de la compañía, espera que represente un revulsivo para el mercado de los libros electrónicos, que actualmente obtiene unas ventas mínimas. “El año 2011 Amazon se instala en España y desean multiplicar ventas”, dice Carmen Balcells en una carta donde explica a sus representados que las obras vendidas en formato e-book son “un mercado incipiente en el que los resultados son casi nulos”.
Los derechos de autor por obras electrónicas de los 32 literatos que Balcells gestiona han supuesto unos ingresos de tan sólo 5.885 euros en todo 2010. Sólo hay cinco obras que han
tenido unos resultados más destacables, y son las que precisamente Amazon seleccionó para hacer unas acciones especiales para ser comercializadas en formato digital desde su tienda de Estados Unidos.
Pero hasta los libros más vendidos como pueden ser los de Gabriel García Márquez o Isabel Allende aún mueven unas cifras muy limitadas con unos royalties de 2.017 euros y 1.196 euros respectivamente. Los ingresos por los derechos electrónicos son mínimos ya que la mayoría de los autores se quedan muy por debajo de los 100 euros. Por ejemplo: las obras de Camilo José Cela han generado tan sólo 43 euros, las de Antonio Gamoneda, un poco más de 3 euros, o las de Juan Marsé, 41 euros. “El mercado del libro electrónico está teniendo mucha notoriedad mediática y muy poca en términos de ventas”, insiste en su carta Balcells, quien aconseja a todos los escritores que sean cautelosos en la forma de gestionar sus derechos con el formato digital.
Las unidades vendidas de libros vuelven a ser irrisorias. En total se han descargado 3.414 obras en formato digital de los autores de Balcells. La mayoría de los títulos disponibles registran entre cero y dos ventas, y el que más éxito ha logrado, Todos los cuentos de Gabriel García Márquez, se queda en 835 unidades.
Las cifras que maneja la agencia literaria ponen en evidencia el peso de Amazon, que representa el 63% de las ventas del mercado en cuanto a número de unidades vendidas. Su principal competencia en EE UU, la librería Barnes & Noble se queda con un 26% de las ventas de obras en castellano, mientras que la española Leer-e representa sólo un 8% de las descargas literarias. El mercado de los dispositivos móviles es por ahora el más pequeño con Mobipocket, que ha generado un 2,8% de las ventas.
Ante este panorama, la llegada de Amazon y su servicio de descargas para e-books se plantea como el elemento dinamizador que realmente puede hacer que este mercado empiece a despegar y a tener una mayor relevancia para la literatura en español. Amazon ya ha dado sus primeros pasos para instalarse en nuestro país con la compra de la tienda virtual Buy Vip, y el fichaje de Koro Castellanos, quien ha sido designada como su directora general. Por ahora, Amazon no ha hecho oficial sus planes para poner en marcha su web de comercio electrónico, que estará funcionando antes de que finalice el año, dado los planes de los escritores españoles.

9 de febr. 2011

Los editores miedosos

(PERIODISTAS21, 08.02.2011)

Los editores tienen miedo al ebook. Están tan preocupados por el futuro digital que pueden perder la oportunidad de liderar el nuevo mercado del libro. El ambiente de la jornada Los retos del negocio editorial, organizada por Expansión, parece lúgubre. Pero el pesimismo no es bueno ni para los negocios ni para la innovación. Los editores deberían ver los cambios tecnológicos como una oportunidad y liderarlos para no ser desplazados por los grandes de la tecnología como Amazon, Google o Apple, que tanto les preocupan.
La alerta de Fernando Carro, de Bertelsmann, ha sido repetida demasiadas veces: "Todo lo que se está haciendo en el sector es intentar mantener el mismo modelo de negocio y la cadena de valor que ahora existe, pero eso es inviable”. Tanto que si los editores no crean una oferta atractiva, con estándares de formatos y respetuosa con los derechos de los lectores (copia privada, lectura en diferentes soportes), llegan a acuerdos de derechos con los autores y estimulan el cambio de las librerías, los resultados pueden ser peores de los que temen. Y no sólo para ellos. También para muchos autores y lectores.
Los primeros por falta de buenos editores para hacer el trabajo que todavía será necesario: el de ser buenos agentes literarios y editores de verdad, no distribuidores ni impresores. Editores de los que ayudan a mejorar las obras y descubren el valor de los autores. Para los lectores porque pueden sufrir un déficit de oferta de calidad. Como aseguró en la reunión el director general de Grup 62, Xavier Mallafré, "debemos hacer trajes a medida: hay autores que querrán que les gestionemos el márketing y otros que definamos hasta el título, la portada y el tema de la novela".
Sin oferta clara, atractiva, con usabilidad y competitiva, los editores no pararán ni la piratería ni a nuevos competidores que se harán fuertes en el mercado. Ese ha sido el error del negocio de la música y los libros pueden ir por el mismo camino. Pero una cosa es la edición y otra la distribución y comercialización a través de empresas como Amazon o Telefónica.
La consejera delegada de Random House Mondadori, Núria Cabutí, recordó el objetivo defensivo de Libranda: "Dinamizar el mercado del libro electrónico en España y apoyar al desarrollo de los canales de venta actuales antes de la entrada de los grandes operadores”. Las quejas de los usuarios y los magros resultados obtenidos hasta ahora muestran los problemas de esa estrategia.
Los editores aún tienen tiempo. Sólo un 5,3% de de la población lee en soportes digitales. Los ereaders se calculan en 150.000, un 0,8% de la población, y otro 1,3% lee en tabletas, fundamentalmente iPad. Otro 6,9% lee en el móvil, un dispositivo menos adecuado para la lectura de libros, pero utilizado por su penetración, polivalencia y comodidad.
El ebook en España todavía es incipiente, un 4% del mercado, muy por detrás del mercado norteamericano, pero también de otros países europeos como Gran Bretaña o Alemania, como se puede ver en los datos de un reciente estudio de AT Kearney y Book Republic.
Los editores tienen la ventaja de que la era Gutenberg todavía durará. Su dominio de los derechos y la gestión de los autores, la pervivencia de varias formas de consumo a través de diferentes
soportes y su control de los mercados locales, especialmente en el caso europeo, les dan tiempo. Pero la aceleración del mercado digital es enorme y depende de factores tecnológicos y de consumo que no están bajo su control. Entre los factores de bajo desarrollo de los ebooks en España destacan la falta de oferta atractiva, con menos títulos de los deseados -sólo 2.500 en Libranda a final de 2010, muy por debajo de los 8.000 previstos-; un proceso de compra complicado y condicionado para sostener a los canales de venta actuales (librerías y sellos); precio alto y lastrado por el IVA del 18% frente al 4% de los libros en papel; la falta de una apuesta clara por formatos y ereaders con una comercialización directa, sin el engorro de la descarga en el ordenador y la copia al lector; la discusión sobre nuevos modelos de negocio sin acuerdos beneficiosos para autores, editores y lectores, castigados con derechos reducidos frente al papel. La falta de acuerdos en el sector, el exceso de miedo y la ausencia de un líder del mercado como Amazon en Estados Unidos o Gran Bretaña (75% del mercado de ebooks) convertidos en estrategias defensivas del viejo negocio. ¿Hasta cuándo?
La situación hoy no es demasiado diferente a la de hace casi un año, cuando se publicó el primer estudio del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura. El mantenimiento del precio fijo y la extensión del modelo de precios de agencia dan garantías a los autores y editores, pero desaniman la demanda y aumentan la insatisfacción de los lectores con el precio de los ebooks. La rebaja media de precio sobre el de los libros físicos es de un 20 a un 30%, pero los consumidores perciben un coste alto por la compra de los dispositivos de lectura y la percepción de que el ebook no se compra, como el objeto de papel, sino que sólo se adquiere un derecho de pago por lectura, al estilo de la televisión o de las nuevas propuestas de alquiler y streaming de libros. Si editores y autores quieren mantener un papel preferente en el mercado del libro digital es hora de repensar la edición centrándose en los lectores, los clientes actuales y futuros, y en mejorar la oferta para que autores y público se encuentren en la mejor situación para ambos.
Editores, autores y lectores deben despreocuparse de la tecnología.
Para eso es necesario impulsar los formatos universales o estándar y permitir la lectura en todas las plataformas. Mejorar la oferta, en ocasiones con material multimedia o de contexto y enriquecimiento de los ebooks, sobre todo de los técnicos y especializados. Pero en otras con material sobre el autor y la obra, como en el caso de muchas novelas. La obra y el autor son lo más importante. El marketing digital y social permite poner en contacto como nunca a autores y lectores. Pero también crear relaciones entre el público a través de clubes de lectura sobre una obra, autor o integradas en las redes sociales. Un nuevo escenario para el marketing editorial.
El modelo de negocio y la cadena de valor deben ser repensado. El precio es un elemento fundamental junto a la ampliación de catálogo. Sólo esos dos factores pueden evitar una explosión de descargas no autorizadas, como ha demostrado el mercado de la música. Y es posible una combinación de oferta física y digital que enriquezca las obras y la experiencia de lectura para mantener ofertas diferenciadas de un objeto, el libro, que mantendrá su valor durante mucho tiempo, pero del que se pueden desarrollar extensiones digitales atractivas y útiles para el lector. El libro merece una oportunidad digital que los lectores no quieren perder.